Las preguntas son los puntos de referencia que nos sirven como elementos de orientación para alcanzar nuestro objetivo.
Del mismo modo que cuando vamos de viaje, preguntamos al mapa o al GPS cuál es el camino más corto, dónde están los puntos de descanso y dónde las gasolineras, así hacemos en nuestros proyectos. Y si no lo hacemos, corremos el riesgo de perdernos.
Os ahorraré las disquisiciones filosóficas sobre la importancia de la pregunta. Los avezados linkedinianos ya conocen la mayéutica socrática a través de los textos de Platón. Os redirijo a un texto de mi bagaje antropológico que trata este tema en profundidad: Verdad y Método, de Hans Georg Gadamer, págs. 439-458.
Aquí seré más práctico y os mostraré la relevancia de preguntar en dos situaciones que me permiten unir mis dos motivaciones laborales, y así, de paso, me divierto mientras escribo estas líneas: La analítica de datos y la gestión de proyectos.
Utilizaré para ello un ejemplo, para el que he contado con la inestimable ayuda de Samuel López, CEO de PLANTAE.
Plantae es una compañía española dedicada desde 2017 al diseño, creación y comercialización de sensores y dispositivos enfocados a la agricultura de precisión. Todo ello con tecnología IoT (Internet of Things) apoyada en el soporte técnico y asesoramiento agronómico al cliente final.
¿Cómo optimizar el riego en explotaciones agrarias?
Caso: Queremos mejorar la eficiencia en el uso del agua en explotaciones agrícolas de regadío mediante el uso de sensores.
La primera pregunta nos tiene que ayudar a identificar la necesidad, es decir, a buscar el objetivo o propósito de nuestro proyecto:
¿Cuán eficiente es el riego en las explotaciones agrarias a la hora de determinar las cantidades necesarias de agua?
Si hay margen de mejora, ¿Cuál será la relación coste-beneficio para el agricultor? ¿Cuál será la relación coste-beneficio para el proveedor del servicio?
Estas cuestiones motivaron las primeras acciones encaminadas a determinar la viabilidad del proyecto.
- El proyecto es rentable porque cubre una necesidad real. El agricultor obtendrá unos ahorros en consumo de agua, superiores al coste de adquisición y mantenimiento del servicio ofertado por PLANTAE. O bien mantendrá una estrategia más óptima de riego acorde a sus objetivos de producción y estado de los cultivos.
- El proyecto es rentable para PLANTAE, si se dan las condiciones de ingresos y costes establecidas en el Plan de Negocio (comercialización de dispositivos en base a un modelo HaaS – Hardware as a Service).
Y ahora, para arrancar el proyecto, qué preguntas orientaron la acción, cuestionando los datos y la información:
¿Qué datos podemos obtener para determinar las necesidades de la planta?
¿Cómo y dónde los vamos a almacenar?
¿Qué protocolos de comunicación se van a aplicar en la obtención y visualización del dato?
¿Cuáles son los datos determinantes que influirán en un mayor ahorro de costes?
¿Qué periodo de tiempo es relevante para el análisis de la información?
¿Cuánto está dispuesto a pagar el cliente final por obtener esta información?.
Y cuestionaremos, también, los resultados de nuestros análisis, nuestras inferencias y conclusiones:
¿Las pruebas realizadas confirman nuestras especificaciones iniciales?
¿Los parámetros identificados y sus valores son válidos o debemos reajustarlos?
¿Podemos analizar los datos desde otra perspectiva para facilitar la extracción de información?
¿Cómo mostraremos la información a los agricultores para que tomen las decisiones sobre el consumo de agua?
¿Aportamos con este planteamiento un valor añadido real por el que un agricultor o técnico agrónomo pagaría?
Efectivamente, muchas preguntas se nos revelan de modo casi instintivo. Pero si creamos las condiciones óptimas y mantenemos la disciplina necesaria, separaremos más fácilmente el grano de la paja, y plantearemos aquellas preguntas que son relevantes para nuestro propósito.
Dejadme aportar un marco teórico para facilitaros el proceso de preguntar durante el ciclo del proyecto. Y es que un proyecto, por definición, busca un objetivo y aunque nos basemos en hechos y datos objetivos, nuestras estructuras de pensamiento nos preceden, por lo que tenemos que considerar nuestros prejuicios y asunciones.
Girad la rueda para fortalecer vuestra disciplina al preguntar.
¿Cómo construir un Plan de Hitos, orientado a Objetivos?
Bien. Ya tenemos una solución funcional y técnica a la que hemos llegado por un camino cuajado de preguntas relevantes para nuestro propósito, a saber:
La actualización e instalación del Software y sensores para la medición y seguimiento de las necesidades de agua en una explotación dedicada al cultivo de árboles frutales.
Y ahora con la tecnología desarrollada y en fase de comercialización queremos construir un proyecto y el plan para llevarlo a cabo. ¿Por dónde empezamos? Algunos de vosotros ya habréis respondido con el consabido “Por el principio”.
Pues no. En este caso, empezaremos por el final.
Siguiendo la metodología GDPM (Goal Directed Project Management) un plan de hitos, a través de una representación gráfica, muestra los objetivos del proyecto como hitos a conseguir en determinadas fechas.
GDPM recomienda comenzar la identificación y descripción de los hitos desde el final del proyecto hacia su inicio.
Consideraremos el fin del proyecto cuando hayamos conseguido el objetivo propuesto y, por ende, su aceptación.
Y a partir de aquí, identificaremos cada hito anterior preguntándonos qué necesitamos que ocurra para conseguir cada qué (el objeto del hito) en cada cuando (el momento del hito).
De este modo, mediante preguntas, construiremos nuestro plan de hitos, identificando no solo los eventos que jalonan el proyecto, sino también sus dependencias.
Los hitos se agrupan en caminos que producen resultados similares, lo que facilita su lectura y seguimiento. Se recomienda no crear más de 3 o 4 caminos. Una vez identificados los hitos, estos quedan ordenados en el orden cronológico en el que se llevarán a cabo, ahora sí, de principio a fin.
Conclusión
Plantearos cuántas veces habéis soltado una soflama categórica sobre cualquier tema y, ante la pregunta bien formulada de vuestro público, sólo pudisteis responder con un balbuceo ininteligible.
Reconocer ignorancia, porque anteponemos el hábito de preguntar, no debe hacernos sentir vulnerables.
Al contrario, debe ser la palanca que, desde la humildad, nos lleve a alcanzar nuestros objetivos.
Así lo ha hecho PLANTAE, para conseguir optimizar el consumo de agua mediante la recogida y análisis de datos de la tierra que alimenta las plantas.
Organizan sus proyectos, jalonándolo de hitos bien adaptados a las preguntas relevantes, y resuelven los problemas planteados cuestionando propósito, datos, inferencias, conclusiones y, por supuesto, suposiciones preexistentes.
Y para ilustrar cómo el proceso de mejora continua se alimenta del cuestionamiento, os dejo aquí el comentario de Samuel sobre este tema (la negrita es mía):
“En los primeros meses de 2017, los sensores medían de forma automática cada 4 horas o cada hora. Esto se hacía así porque la empresa nació del cultivo leñoso en riego deficitario (pistacho, olivar, viña) donde se suelen aplicar riegos largos (de 3-10 horas) cada muchos días. Cuando llegamos a los cultivos frutales (fruta de hueso, tropical, etc.) y hortícolas/hidropónico, estas frecuencias no servían porque los agricultores recurren a riegos más cortos y frecuentes. Había que leer con los sensores cada 5-30 minutos
Sin las preguntas apropiadas ni el entendimiento de la estrategia de riego de cada cultivo, zona y cliente, la tecnología no daba una información útil y representativa. Eso nos hizo mejorar los procesos de entendimiento de cada necesidad, adaptar la tecnología y sobre todo, definirlo ANTES de la venta e instalación para evitar volver a hacer la reinstalación”
Publicado en Linkedin por Luis Hiniesto el 5 de abril de 2021